“…después de leerlo me sentí fascinado, asustado y
entristecido…”
- Mario
Vargas Llosa
“…absorbente y perturbador. Todos bromeamos sobre cómo
internet nos está convirtiendo, y especialmente a nuestros hijos, en cabezas de
chorlito acelerados incapaces de meditaciones profundas…”
- John Horgan The Walt Street journal
“…Una réplica calmada y elocuente a aquellos que
afirman que la cultura digital es inofensiva, que afirman, de hecho, que nos
estamos volviendo más listos cada minuto que pasa simplemente porque podemos
conectarnos a un ordenador y dejarnos llevar por un interminable carrusel de
links…”
- Julia
Keller Chicago Tribune
“…una paliza de sabiduría que destrona agresivamente a
la ignorancia y la superficialidad reinantes…”
Si Dwayne, el personaje quinceañero en “Little Miss Sunshine” hizo voto de silencio después de leer a Nietszche, después de leer este libro hubiera hecho explotar la combi con todo y familia.
En Superficiales ¿Qué
esta haciendo internet con nuestras mentes? (Taurus 2011) Nicholas Carr
arranca como una locomotora y recorre los laberínticos caminos de
la mente y el conocimiento derribando todas las murallas que el cerebro haya
construido a lo largo de la vida sin importar las consecuencias. La urgencia de
tomar consciencia, lo apremiante de abrir los ojos al giro evolutivo que
nuestros cerebros, nuestra memoria y nuestra capacidad cognitiva están experimentando,
lo hace completamente justificable.
En este libro de carácter científico, en el que no existe
lugar para las opiniones personales pero si para las investigaciones y
experimentos científicos en el campo de la neurociencia y la psicología
cognitiva, el autor dibuja y demuestra una hipótesis contundente: El acto de
leer la letra impresa (el libro) ha venido contribuyendo a la concentración, al
pensamiento profundo, reflexivo, cuestionador, contemplativo, creativo, etc. Es
decir, ha contribuido con la capacidad de pensamiento abstracto en el ser
humano. Por el contrario el acto de ver, incluido el acto de leer en
la pantalla de una computadora e interactuar (la red) fragmenta caprichosamente
nuestra atención (hipervínculos, imágenes, animaciones, cometarios, anuncios,
alertas, etc.) y nos distrae constantemente para desarrollar una sinapsis que
permiten al cerebro humano evolucionar a la “multitarea”,
es decir, acceder e interactuar
con toneladas de conocimiento digitalizado de manera simultanea pero a costo de
desaparecer, atrofiar e involucionar las conexiones ya existentes necesarias
para poder profundizar y reflexionar correctamente en alguna de ellas. Internet
nos esta volviendo tontos.
Estamos siendo testigos presenciales de la mutación de la
especie. Es muy difícil de aceptar o de tomar consciencia de ello pues somos
parte del cambio, tenemos una relación a un nivel simbiótico con lo establecido, con lo que es. Con el sistema. En palabras del psicólogo clínico holandés Christof van
Nimwegen <…nuestras tecnologías forman
parte de las mismas cosas con las que el hombre construye su mundo. Una vez adoptadas,
ya no pueden abandonarse, al menos no sin sumir a la sociedad en una gran
confusión y, posiblemente, el caos total…>
Mientras más tareas que requieran conocimiento y sabiduría
le encarguemos a las computadoras, más rápido dejaremos de poder hacerlas sin
ellas.
<…nuestras
tecnologías se convierten en extensión de nosotros mismos, también nosotros nos
convertimos en extensiones de nuestras tecnologías…>
<…programamos
nuestras computadoras y luego ellas nos programan a nosotros…> -J. Culkin 1967.
¿Por qué últimamente nos cuesta tanto mantener la atención
después de las primeras dos páginas de un libro? ¿Por qué hay ese rechazo casi
natural a no leer libros impresos? ¿Por qué cada vez el “no leer” encuentra
justificaciones variopintas? ¿Por qué últimamente nos falla tanto la memoria y
olvidamos con facilidad? ¿Por qué la tendencia universal a “no preocuparse por
pensar demasiado” y disfrutar de la vida? ¿Por qué esa dependencia casi
adictiva a estar siempre “conectado”?
Todas estas preguntas y sus desconcertantes respuestas están
desarrolladas, explicadas y demostradas con una contundente redacción
científica que roza con el humor negro involuntario en las más de 300 páginas
de este extraordinario libro. Esto no quiere decir ni por asomo que el libro de
Carr esté escrito para todo público. Una capacidad de concentración,
comprensión, abstracción y reflexión son piezas fundamentales para la correcta lectura
de Superficiales ¿qué esta haciendo
internet con nuestras mentes?. La falta de alguna de estas cualidades
durante el viaje a través de sus páginas, el prejuicio al autor y su obra, la
lectura somera, el recorrido superficial de sus líneas, el rechazo a seguir
leyendo o excusarse con que todo conocimiento es relativo, serán simplemente las
pruebas fehacientes de su hipótesis: La red ha empezado ha reconfigurar nuestros
cerebros.
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